La alopecia común (alopecia androgénica o androgenética) no se puede curar en el sentido de que los folículos perdidos no se pueden regenerar. Sin embargo, las áreas posteriores y laterales de la cabeza están genéticamente programadas para crecer toda la vida: estos folículos capilares no se ven afectados por la testosterona ni por la alopecia. Es un cabello que no se cae.
Estas zonas donde el cabello no se cae, que denominamos ‘zona donante’, nos permiten seleccionar folículos capilares que podemos injertar en la zona receptora (donde el cabello sí se ha caído). Una vez injertados continúan creciendo con normalidad y sustituyen al cabello perdido.