A diferencia de otros trasplantes en los que se usan órganos o tejidos de otro ser humano, los folículos que injertamos en el trasplante capilar no se rechazan  porque el cuerpo los reconoce como propios. No obstante, la tasa de éxito depende, entre otras cosas, de la capacidad y expertise del equipo médico y de los cuidados posteriores. Por ejemplo, el tabaquismo puede influir negativamente en el éxito del trasplante.