octubre 10, 2022

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Clínica Arencibia

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¿Cuales son los mejores tratamientos contra la calvicie? ¿Funciona el plasma rico en plaquetas? ¿Es mejor el DHI para un injerto capilar? ¿Qué resultados da el láser de baja frecuencia?

El mundo de la medicina privada ha crecido muchísimo en los últimos años. Las clínicas médicas privadas son empresas cuyo principal objetivo es comercializar tratamientos médicos. Por eso, como todas las empresas, recurren al uso del marketing para impulsar las ventas entre sus posibles pacientes.

Algunas clínicas de trasplante capilar enfocan esta publicidad de tratamientos contra la calvice con una de las técnicas más usadas en ventas: la novedad y la innovación. Promocionan constantemente el último grito en implantes, la técnica más ‘modernas’, el sistema con las palabras más rimbombantes y futuristas…

Sin embargo, los tratamientos médicos no son un producto cualquiera. La ética exige que ofrezcamos a los pacientes soluciones seguras, eficaces y con resultados probados, no las ‘últimas novedades’. Porque la medicina, lamentablemente, no es una ciencia exacta. Por eso, debemos garantizar que nuestros pacientes reciben siempre tratamientos cuyos resultados han sido testados y avalados por la ciencia. Tratamientos contra la calvicie que hayan demostrando sus efectos beneficiosos para solventar, atajar o resolver el problemas de salud que abordamos.

En Clínica Arencibia solo ofrecemos tratamientos con demostrada eficacia y apoyados por estudios científicos serios que avalen sus resultados.

Con demasiada frecuencia vemos publicitadas determinadas ‘técnicas’ de trasplante capilar como si fueran soluciones perfectas llegadas del futuro. Técnicas para resolver la calvicie común casi mágicamente. Pero la mayoría de esas técnicas y tratamientos contra la calvicie que vienen a revolucionar el mercado, no tienen demostrada su eficacia. No están respaldadas por estudios científicos rigurosos y años de resultados prácticos. Otras supuestas técnicas revolucionarias no son más que avances en el instrumental que usamos, pero se venden como si fueran una nueva forma de hacer trasplantes.

Algunas de esas técnicas o tratamientos contra la calvicie común supuestamente novedosos que más publicitan muchas clínicas para atraer a los pacientes son:

Plasma rico en plaquetas

Es uno de los tratamientos más promocionados a lo largo y ancho del planeta para ‘complementar’ o sustituir el injerto capilar. Veamos en qué consiste.

Las plaquetas son uno de los componentes de la sangre. Podemos separarlas al centrifugar la sangre para aislar sus componentes. En los años 80 se descubrió que, cuando llegan a una lesión, las plaquetas de la sangre generan factores de crecimiento y regeneración de los tejidos. Entonces se empezó a usar masivamente la inyección de plasma rico plaquetas (PRP) en lesiones, sobre todo en deportistas profesionales en Estados Unidos. El objetivo: acelerar la recuperación de los jugadores lesionados. Hay que tener en cuenta que, para los equipos, estos jugadores son importantes activos deportivos, cuya inactividad supone la pérdida de grandes cantidades de dinero, no deben estar inactivos. Esta práctica -sin evidencia científica ni estudios rigurosos que apoyaran su uso-, se extendió rápidamente a otras ramas sanitarias, como la medicina estética.

El plasma rico en plaquetas no es un tratamiento para la calvicie con eficacia demostrada por la ciencia, más allá de algunos estudios de poca calidad. No es una estafa, es más bien lo que popularmente se conoce como un ‘sacacuartos’.

El plasma rico en plaquetas no tiene un procedimiento estandarizado de extracción y administración. Por ese motivo, cada clínica puede prepararlo e inyectarlo de diferentes modos y en distintas dosis. Inyectar componentes de la sangre del propio paciente se vende como algo totalmente seguro. Pero es imprescindible garantizar los controles y la asepsia adecuada para evitar la transmisión de enfermedades, como ha ocurrido en algún caso. Pero además, lo cierto es que no existe evidencia médica contundente a la hora de usar el plasma rico en plaquetas. No se ha demostrado un beneficio claro, más allá de algunos estudios de poca calidad metodológica. La forma de medir la eficacia y la efectividad*1 del tratamiento no es homogénea ni está bien diseñada en estos estudios. Por lo tanto, el plasma rico en plaquetas no es un tratamiento para la calvicie común con elevada evidencia científica o con efectividad clara demostrada por la ciencia. Por el contrario, ño que sí está demostrado es que el uso de PRP no mejora la cicatrización en los pacientes trasplantados:  es inefectivo durante este proceso.

DHI: el último grito

Una de las ‘técnicas’ más publicitadas últimamente es el DHI. Este acrónimo inglés (Direct Hair Implantation), significa literalmente implantación directa del cabello. No es ninguna técnica, sino una variante de la técnica. ¿Qué novedad supone? Sencillamente, que se usan ‘implantadores’ como instrumental para injertar las unidades foliculares. Es decir, que en lugar de usar un bisturí clásico, usamos otro tipo de instrumental. Que por cierto, no está pensado para lograr una gran densidad de implantación (un gran número de unidades foliculares), como se suele prometer también habitualmente en muchas clínicas.

Usar el DHI como reclamo para vender a los pacientes trasplantes ‘de última generación’ es, cuando menos, muy exagerado. Es como venderle a un cliente que en lugar de colgar los cuadros de su casa con clavos y martillos vamos a usar una innovadora máquina que, por otro lado, no es la ideal para colgar muchos cuadros. Aunque eso sea lo que contradictoriamente le hemos vendido (y lo que espera que hagamos) a nuestro cliente.

Láser de baja frecuencia: ¿funciona para la calvicie común?

La evidencia de los estudios científicos disponibles sugiere que la terapia con láser puede tener efectos positivos sobre la alopecia común. Sin embargo, es importante señalar que pocos de esos estudios han sido llevados en humanos, se han realizado en un número muy limitado de pacientes y han adolecido de importantes sesgos en la elección de dichos pacientes. A eso se une el hecho de que la mayoría de los estudios han sido patrocinados por los propios fabricantes de dispositivos para esta terapia, lo cual compromete gravemente la independencia de estos trabajos.

La conclusión de uno de los estudios con mejores condiciones previas realizado sobre láser de baja frecuencia LLLT (Low Level Laser Therapy) fue que este tratamiento tuvo eficacia clínica moderada en el 80% de los sujetos que usaron el casco de láser de baja frecuencia durante más de un año o 180 veces. Sin embargo, la medición de la eficacia del láser en este estudio tampoco cumple los mínimos requisitos para considerarse relevante.*2

La mayoría de las clínicas ofrecen tratamiento de terapia láser contra la calvicie de unas pocas sesiones. Si multiplicamos el precio medios de dichas sesiones por 180 -para llegar a las sesiones recomendadas por el deficiente estudio arriba mencionado-, el coste supondría casi diez veces el coste de un trasplante capilar. Por tanto, si obviamos el hecho de que el tratamiento de la calvicie con láser cuenta con una muy una limitada -y no siempre independiente – evidencia científica y por tanto tiene una relación coste-efectividad muy bajo.

El problema de las ‘nuevas’ técnicas de trasplante capilar

Lamentablemente, existen muchos mitos y desinformación en torno al trasplante capilar. Pero diga lo que diga la publicidad, no hay ninguna duda entre los médicos especialistas en trasplante capilar: sólo existen dos técnicas, la técnica FUE y técnica FUSS. No son, además, nada novedosas, pues llevan aplicándose desde hace décadas. La novedad sólo radica en el instrumental utilizado en las diferentes fases de la cirugía capilar. Un instrimental que se va mejorando y sofisticando con el tiempo, como hemos visto en el DHI. Se elegirá uno u otro en función del caso particular de cada paciente.

Lo importante a la hora de elegir una clínica de trasplante capilar es que cuente con personal médico experto, que aplique las técnicas más seguras, efectivas y con resultados demostrados científicamente.

Dr. Ney Arencibia

Cómo elegir bien un trasplante capilar

La competencia comercial enfocada en promover “la técnica de trasplante capilar más novedosa”, crea confusión y hasta cierta angustia en los pacientes. Muchos equiparan novedad con eficacia: piensan que si no eligen ‘el último grito en trasplantes’, acabarán haciéndose un trasplante ‘malo’. Algunos pacientes incluso desisten, ante la maraña de promesas y la abundancia de opciones. Otros, eligen clínica con criterios poco relacionados con el propio procedimiento médico. Lamentablemente, si no se tiene suerte, esto puede influir negativamente en los resultados del trasplante capilar.

Una intervención que, no lo olvidemos, es un procedimiento médico sujeto a muchos factores. Para empezar, las propias características del paciente (edad, extensión de la calvicie, zona donante, hábitos nocivos). Para seguir, la experiencia y profesionalidad del equipo médico a cargo del trasplante, los cuidados posteriores…

Nuestra recomendación es no dejarse seducir por promesas de novedad e innovación. Porque como explica el doctor Arencibia, «lo que se necesita en un trasplante capilar es recurrir a un equipo médico experto y con experiencia. Un equipo que sepa aplicar en cada paciente las técnicas aceptadas por todo el sector como las más probadas, seguras, efectivas, y con resultados demostrados (que no garantizados) por la ciencia».

*1Eficacia: evaluación de los resultados de un estudio en condiciones ideales. Efectividad: evaluación de los resultados de un estudio en condiciones de la práctica clínica habitual (en la realidad).

*2 La eficacia del tratamiento se midió en este estudio bajo los criterios subjetivos de los propios pacientes. Se ‘autoevaluaron’ con indicadores como picor del cuero cabelludo, crecimiento de nuevo cabello, incremento de la densidad, o engrosamiento del cabello. El estudio indica que posteriormente, médicos validaron esas afirmaciones con una tricoscopia. Sin embargo, no se indica una revisión aleatoria o doble ciego, que garantice una correcta evaluación de eficacia. Y del total de pacientes a los que el láser les resultó eficaz, el 53 % los clasificó como eficacia “modarada”. Es decir, el mejor resultado obtenido en este estudio fue que la mitad de los pacientes calificaron la eficacia del láser de moderada después de usarlo durante un año. Además, el 36% de los pacientes del estudio estaban, a la vez, en tratamiento con fármacos específicamente indicados para frenar la caída del cabello.