Cada cierto tiempo parecen surgir nuevas técnicas de trasplante capilar o métodos que supuestamente vienen a revolucionar el mercado, promocionados no desde las instancias médicas o de investigación, sino desde clínicas concretas. Los pacientes que piensan someterse a un trasplante, los valoran con expectación. Lógicamente esperan que una nueva técnica o avance les aporte a ellos una mejora sustancial sobre los resultados que han logrado pacientes trasplantados con técnicas ‘menos modernas’.
Estas ‘novedades’ se venden a los pacientes con una pátina de avance científico y como ‘ventaja’ sobre otras clínicas médicas. Se trata -como hemos comentado abundantemente en anteriores artículos-, de estrategias de márketing de dudosa ética. Se utilizan aspectos técnicos del trasplante capilar desconocidos por los pacientes -pero más que probados y usados por la mayoría de las clínicas, incluso con décadas de antigüedad- para captar clientes bajo la ilusión de innovación y de mayor calidad.
Es el caso de supuestas técnicas de trasplante capilar revolucionarias como el reciente FUE Zafiro (sencillamente un bisturí más fino), el ya trillado plasma rico en plaquetas (PRP) o el Min Time FUE, que no suponen ninguna novedad con respecto a lo que sabemos de trasplante capilar desde hace treinta años.
Ensayos clínicos y revisión de expertos
En el ámbito médico, cuando hablamos de un nuevo medicamento, procedimiento o técnica hay procesos que hay que respetar. Debemos realizar estudios y ensayos clínicos, antes de poder aplicar esos fármacos o esas nuevas técnicas en pacientes reales . Los ensayos clínicos son estudios de investigación que prueban cómo pueden aplicarse con éxito los descubrimientos médicos en los pacientes. En el caso de las técnicas, estos ensayos comparan un tratamiento nuevo con uno que ya se encuentra disponible.
Los ensayos clínicos deben seguir unas pautas específicas. Y tras finalizar, deben publicarse en revistas científicas para que sean revisados por pares. La evaluación por pares significa que otros expertos en la materia deben evaluar los resultados del estudio. El objetivo es que una representación de la ‘comunidad científica’ especialista en el área, decida si el estudio se ha realizado de forma correcta . Y también si, efectivamente, esas innovaciones funcionan, son seguras y pueden ser usada en pacientes.
«Todas estas supuestas técnicas revolucionarias no lo son. Por tanto, ni suponen ninguna novedad ni logran resultados diferentes a las dos técnicas FUE y FUSS que son las que se usan desde hace más de treinta años. Algunas clínicas venden a los pacientes pequeñas modificaciones en la técnica o cambios de instrumental como si fueran avances e innovaciones significativas».
Dr. Ney Arencibia
¿Técnicas revolucionarias de trasplante capilar?
Usar en pacientes cualquier técnica médica novedosa o medicamento que no haya pasado por ensayos clínicos es ilegal. ¿Imaginas administrar la vacuna de la COVID-19 sin antes haber realizado y publicado los resultados de los ensayos clínicos?
Lamentablemente, todas esas técnicas de trasplante capilar revolucionarias y novedosas que algunas clínicas promocionan constantemente para captar pacientes, ni son ni nuevas, ni logran resultados diferentes.
Por ejemplo, veamos el caso de la supuesta novedad del Min Time FUE, muy promocionada estos días como ‘descubrimiento’ o ‘método exclusivo’ de una clínica. Cuando leemos la descripción de sus propios creadores, comprendemos la hipérbole. Explican que la novedad del método estriba en «tener los folículos el mínimo tiempo posible fuera del organismo».
También dicen que «los métodos tradicionales de trasplante capilar con técnica FUE, realizan la extracción e inserción de los folículos sin hacer una clasificación previa de calidad, ni tener en cuenta el tiempo que los folículos están fuera del organismo». Y sin embargo, para contradecir esto último, explican que «el Dr. Limmer determinó que el tiempo de supervivencia fuera del organismo por parte de los folículos trasplantados es completamente predecible, disminuyendo en un 2,5% cada hora».
Supervivencia de folículos y organización de las UFs
Para empezar, el estudio de Limmer determinó que la tasa de disminución de los folículos es del 1% por hora. Por otro lado, los ‘métodos tradicionales’ (FUE y FUSS) son los métodos que siguen usando el 100% de los cirujanos capilares de todo el planeta. Incluso quienes promocionan Min Time.
Por último, la clasificación y organización de las unidades foliculares según la morfología y el tiempo, respectivamente, es el ABC del trasplante capilar. Es decir, no solo es algo que se hace en todas las clínicas serias de trasplante capilar. Es algo básico a dominar por todos los médicos y auxiliares médicos que se forman como especialistas en este procedimiento médico.
Un poco de historia del trasplante capilar
Refresquemos el desarrollo del trasplante capilar, que se remonta a las primeras pruebas en animales a principios del s.XIX. La historia nos demuestra que la técnica actual sigue siendo bastante parecida a la desarrollada hace más de tres décadas. Otra cosa son los avances en instrumental o los ajustes y perfeccionamientos de esas técnicas.
En el artículo sobre la supervivencia de las unidades foliculares fuera del cuero cabelludo ‘Review of factors affecting the growth and survival of follicular grafts’ (W. M. Parsley y D. Pérez-Meca) se destaca: «Limmer realizó un estudio de supervivencia de las unidades foliculares fuera del cuerpo in vivo utilizando NS (solución salina) refrigerado con injertos de unidades foliculares. Los resultados fueron: 2 h, 95%; 4 h, 90%; 6 h, 86%; 8 h, 88%; 24 h, 79%; 48 h, 54%[45] Limmer relacionó una buena ‘regla empírica’, afirmando que la pérdida era aproximadamente del 1%/hora. Unas mejores soluciones de almacenamiento podrían mejorar estas estadísticas.» El estudio de Limmer que cita este artículo -y que incorrectamente menciona la clínica con su novedoso ‘ método’- es del año 1996.
Es decir, ya en 1984 (hace casi 40 años), el Dr. John Headington introdujo el “Trasplante de Unidades Foliculares”. Y a finales de los 80, el doctor Bobby Limmer describió la técnica microscópica de disección que todavía se usa. En 1996 se demostró que la pérdida de unidades foliculares fuera del cuerpo es tan solo del 1% cada hora.
Las cuatro claves de un buen trasplante capilar
Muchas clínicas utilizan y agrandan pequeños aspectos que mejoran o modifican ligeramente las dos técnicas clásicas de trasplante para vender más. Se aprovecha el desconocimiento de la mayoría de las personas de las particularidades de las técnicas de trasplante capilar. Algo que consideramos poco ético y leal hacia los pacientes. Es como decirle al comprador de un coche que se fije en la tapicería, en lugar de decirle cuánta potencia tiene y cuánto consume.
Quienes deseen hacerse un trasplante capilar para recuperar su cabello, deben saber que, a día de hoy, un buen trasplante capilar se basa en cuatro pilares fundamentales:
- Un correcto y honesto diagnóstico del paciente. Algunos pocos pacientes -por diversas circunstancias- no son aptos para un trasplante capilar.
- Una meticulosa planificación del procedimiento, adaptado a las características y necesidades actuales y futuras del paciente.
- La correcta aplicación de una las dos técnicas de trasplante capilar existentes (FUE o FUSS) por parte de un equipo médico formado y con experiencia
- Un buen diseño de la línea del cabello para un resultado natural