mayo 22, 2023

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Clínica Arencibia

Podemos ayudarte a redescubrir tu aspecto

La psicología de la calvicie es uno de los aspectos más interesantes a la hora de comprender cómo puede ayudar el trasplante capilar a nuestros pacientes. Y es que, a día de hoy, el trasplante capilar es el único tratamiento quirúrgico con eficacia demostrada científicamente -con estudios médicos de décadas- para revertir y solucionar la calvicie común (alopecia androgénica). Algo nada desdeñable, dado que la pérdida de cabello es un problema muy común, que afecta a millones de personas en todo el mundo.

España es el segundo país del mundo, tras la República Checa, con mayores índices de alopecia. El 42,6% de los españoles sufre caída severa del cabello.

Son muchos los hombres y mujeres que se enfrentan a una pérdida importante de cabello desde edades cada vez más tempranas. Si bien hay unos pocos medicamentos que ayudan con la pérdida de cabello por alopecia androgénica, el 99,9% de los champús, lociones, suplementos y demás preparados no sirven para recuperar el pelo perdido. Solo algunos compuestos pueden ayudar en casos de pérdida de pelo reversible (otros tipos de calvicie) por circunstancias puntuales como estrés, embarazo, medicaciones.

Pero dejando a un lado la solución del trasplante capilar, hoy abordamos la raíz de la existencia misma de este procedimiento médico. Aunque muchas veces se aborda como un problema meramente estético o de cierta apariencia externa (que por supuesto tiene su importancia), lo cierto es que la caída del cabello puede impactar negativamente en el bienestar psicológico de una persona. Es un hecho que la psicología de la calvicie se traduce en pérdida de autoestima y reduce la calidad de vida de las personas.

Por qué el cabello es tan importante para nosotros

El pelo forma parte de nuestra identidad como humanos. Y aunque la genética nos impone algunas de sus características (como el color natural, el grosor o su cantidad), los humanos siempre lo hemos transformado. Desde tiempos inmemoriales hemos jugado a moldearlo, cortarlo y cambiarlo como expresión de nuestra personalidad, nuestro estado de ánimo y como forma de presentarnos ante el mundo. El cabello es uno de los atributos que más apreciamos, como la altura o el color de ojos. Por eso, perder nuestro pelo es algo la mayoría no llevamos demasiado bien.

La psicología de la calvicie en hombres: pelo y masculinidad

Como casi todo el mundo sabe, la pérdida de cabello es más frecuente en hombres que en mujeres. A los 20 años, un 20% de hombres experimentan pérdida de pelo. A los 30 años, el porcentaje sube al 25%. Para cuando cumplen 50, la mitad de los hombres experimentan calvicie. Con sesenta años, dos de cada tres hombres han perdido gran parte de su cabello. En el 95% de los casos, la pérdida de pelo en hombres se debe a alopecia androgénica. Pero , ¿cómo afrontan todos estos hombres la pérdida de su pelo?

¿Aceptar la caída del cabello o buscar tratamiento?

Por supuesto no todas los hombres (o mujeres) que sufren pérdida de cabello deciden buscar tratamiento. Algunos aceptan la caída del cabello como un proceso de envejecimiento normal o como una mala pasada de la genética que hay que aceptar. Aceptan su calvicie y, como mucho, optan por un corte de pelo acorde a la situación.

Pero en otros casos, y aunque sea algo tan común, la caída del cabello puede ser un proceso angustioso. Para algunos hombres, perder el pelo puede llegar a tener un notable impacto en su confianza y su autoimagen, que son importantes desde el punto de vista de la salud mental de una persona. Algunos estudios han demostrado que los hombres que sufren pérdida de cabello son más propensos a sentirse acomplejados, ansiosos y deprimidos, lo que conlleva a una disminución de su calidad de vida.

Por ejemplo, en el estudio mencionado, los hombres declararon sufrir preocupación considerable, estrés o angustia moderados y hacer grandes esfuerzos para hacer frente a esta situación. Estos efectos son especialmente notables entre los hombres con una mayor calvicie, pero también entre los más jóvenes. Los que empiezan a perder su cabello a más temprana edad (muchas veces hombres solteros) sufren especialmente los efectos psicológicos de la calvicie.

«Es fácil tener confianza con una cabeza llena de pelo. Pero un calvo seguro de sí mismo es un diamante en bruto». Larry David.

El pelo y los atributos masculinos y femeninos

A lo largo de la historia, el pelo se ha asociado a la fuerza y ciertos atributos masculinos, siguiendo la estela del ya mítico Sansón. Despojado de su cabellera, Sansón ya no era fuerte o poderoso, había perdido su mejor atributo. Los vikingos -famosos y violentos guerreros- daban gran importancia al pelo y la barba, y se sabe que usaban diferentes herramientas de aseo personal como tijeras, navajas y peines para mantenerlo.

En el caso femenino, la belleza se ha identificado también desde siempre con un cabello largo, sano y hasta de cierto color. Recordemos a Penélope, que tejía su pelo, a las princesas de los cuentos como Rapunzel, con aquella interminable cabellera dorada como el sol… La psicología de la calvicie tiene parte de su raíz en estos modelos.

Un problema de calvicie en las mujeres es, si cabe, más traumático que en los hombres.

La autoimagen y la presión social

Aunque a veces no queramos reconocerlo, existe cierta presión social para mantener una imagen determinada, la imperante en cada época. Y también existe una especie de ‘consenso’ no escrito sobre lo que constituye una imagen agradable o bella y por tanto una preocupación estética que todos tenemos en mayor o menor media. Como vemos, tanto las referencias culturales como la ‘presión social’ y nuestra propia exigencia para tener cierta imagen incluyen una cabellera fuerte y sana. Son los motivos del impacto que en muchas personas tiene la pérdida de su pelo.

Los hombres suelen asociar pelo con masculinidad, juventud y el atractivo, La calvicie hace que algunos hombres se sientan menos masculinos y atractivos, especialmente si son jóvenes. En muchos casos, ello deriva en la pérdida de confianza y puede afectar a sus relaciones personales y su vida social. Perder el cabello se ve, de alguna forma, como un pérdida de control sobre nuestro aspecto, algo que nos hace sentir vulnerables e impotentes. A su vez, muchos hombres sienten frustración, enfado y tristeza al no reconocerse en su imagen en el espejo.

La psicología de la calvicie en las mujeres

En las mujeres, la caída del cabello es menos frecuente que en los hombres, pero resulta aún más traumática. Las causas de la alopecia femenina pueden ser variadas: genética, cambios hormonales (menopausia) y ciertas patologías médicas. Y como ocurre en el caso de los hombres, al perder el cabello las mujeres sienten que pierden parte de su identidad y sufren vergüenza y ansiedad. Y como en el caso de los hombres, esto puede afectar seriamente a su autoestima, a sus relaciones personales e incluso a su trabajo.

Porque como hemos visto, tanto histórica como socialmente, el cabello es símbolo de juventud, belleza y salud. Pero además, la presión estética sobre las mujeres en nuestra sociedad es mucho mayor que sobre los hombres. Y el propio hecho de que no sean tantas las mujeres que sufren alopecia, hace que el estigma sobre las que la sufren sea aún mayor.

De ahí que la confidencialidad con respecto a nuestros pacientes sea clave. La mayoría no desean que se sepa públicamente que se han hecho un trasplante capilar. Por eso, en Clínica Arencibia también realizamos el trasplante capilar en una versión mucho más compleja técnicamente para mantener el procedimiento en secreto: sin rapar la cabeza del paciente. El trasplante capilar sin rapar suele ser una de las peticiones más frecuentes en pacientes mujeres.

Ante un problema de calvicie, hombres y mujeres comparten los síntomas de la psicología de la calvicie: sentimientos de ansiedad, impotencia y desesperación, que se agravan cuando las supuestas ‘soluciones’ disponibles en el mercado que prometen ‘arreglar’ el problema no sirven de nada. El trasplante capilar es, a día de hoy, el único procedimiento definitivo y eficaz para la pérdida de cabello en las alopecias androgenéticas. En un periodo máximo de un año, los pacientes han recuperado cabello en las zonas despobladas. Un cabello que ya no se vuelve a caer y que devuelve al paciente su imagen deseada y su confianza.